En
los días de sol,
cuando
el mundo me espera,
me
detengo a observar,
lo
que fue, lo que era.
Y
en las sombras marchitas
del
pasado que queda,
voy
dejando que las cigarras
mezan
mi duermevela.
En
mis sueños, muy de mañana,
la
vida se desvela,
suena
una tren en las vías,
amanece
en Tudela.
Amanece en Tudela
Aroma que acaricia
Seremos ella
Donde
el mundo ya se olvida
de
las sombras que guardamos,
donde
todo es luz y vida,
allá,
amigo, recordamos
los
senderos que hoy en día,
ciegos,
sin rumbo andamos,
porque
todo allí nos guía,
aunque
aún no lo sepamos.
Y
cuando al fin veamos
la
brillante estrella,
caminaremos
de la mano,
seremos
ella.
Palabras que jamás se detienen
Dónde
van las palabras cuando ya no están,
se
desnudan y cambian de sutil apariencia
y
aunque cueste encontrarlas, con gran
paciencia,
puedes
ver los senderos por donde ahora van.
Pues
jamás se detienen en su eterno crear,
se
traducen y hablan sin cesar,
y
si ahora no vienen, es porque ya se van.
Son
palabras que cambian, palabras que quedan,
son
aquellas que vuelan donde el hombre no llega,
dejadme,
vosotras, silenciosas,
dejad
que me eleve y al fin pueda
escucharos
puras y preciosas.
Bulle y gira
Bulle
y gira
por
dónde irá,
es
la vida,
que
viene y va,
se
retira
y
vuelve a andar,
cada
esquina
es
su verdad.
Dónde
mira,
dónde
da,
dónde
esquiva
la
realidad,
pues
la vida
es
siempre más,
es
un día
y
la eternidad.
Burbujean las ideas
Entre
las aguas revoltosa
me
burbujean las ideas,
chispeantes,
deliciosas,
junto
a mi revolotean.
Y
mientras trato de cazarlas,
de
mi intento se carcajean,
mas
no puedo sino amarlas,
pues
son ellas quienes crean
los
castillos en que vivo,
donde
a solas me retiro,
y
serán las que aquí se quedan
cuando
mañana me haya ido.
Anochecer de luna llena
Donde
los huecos del silencio
van
despertando mis canciones,
mientras
la calma mece al viento
delicadas
emociones,
yo
me asomo a la hermosura
del
más sublime anochecer,
acompaño
a la luna
paso
a paso
hasta
desaparecer.
¡Oh!
Dichoso mundo que espera,
olvidado
de la humanidad
que
en su ajetreo de duermevela,
olvidó
observar la realidad.
La eternidad, tu destino
Sigue
buscando en los mares
unos
destellos divinos,
sigue
el reflejo que cabe
en
una gota escondido,
sigue
tu impulso, pues sabes
que
aquellos ecos dormidos
al
resonar en tu nave
dejan
de estar ya perdidos.
Sique
adelante, no pares.
La
eternidad, tu destino.
La vacía vastedad
Dónde
están las lluvias que lavaron
con
sus aguas cada eternidad,
donde
están los ecos que quedaron
resonando
mudos tras callar,
dónde
las sombras que se esconden
confundiendo
al tremolar,
dónde
las voces que responden
donde
nadie puede hablar.
Sigo
escuchando en el silencio
el
cantar que crea sin cesar,
sigo
buscando y no comprendo
la
vacía vastedad,
tan
solo siento que en mi adentro
algo
comienza a temblar,
tan
solo sé que estoy contento
y
la alegría me hace llorar.
Soy
el todo que recrea
insondables
mundos de verdad,
soy
lo eterno que me espera,
soy
toda la humanidad.
Entre la fuerza y la ternura
Cuido
un cachorro suave y tierno
y
en sus caricias yo me duermo,
cuido
del gallo orgulloso
que
cada día laborioso
sin
despistarse vuelve a cantar.
Entre
la fuerza y la ternura debo encontrar
el
equilibrio que me ayuda
a
caminar.
Cuando
lo tenga al fin sabré
quién
he sido, quién soy
y
quién seré.
Para José Manuel