Buscando
caminos para avanzar,
desando
los pasos que un día dieron
esas
partes de mí que ya murieron,
pues
solo en sus hombros me puedo alzar
irguiéndome
en puntas para alcanzar
alturas
a las que hoy aún no llego,
que
impulsan mi ser hasta alzar el vuelo
en
ansia perpetua por mejorar.
Y
es sólo entonces, cuando pierdo pie,
que
nacen las fuerzas que no tenía,
aquellas
que impulsan todo mi ser,
hacia arriba.
Abriéndome
paso, aún sin ver,
a un mundo que ya ciego, intuía.