Me gusta tu perfil
cuando cantas,
tu mentón, tu nariz,
y la forma en que la levantas.
Me gusta tu mirada
serena y profunda
y esa cara que tienes
de no haber roto un palto nunca.
Como un mar en calma
que esconde una sorpresa
dejas que el rojo del alba
se cuele entre tus cejas
sin mostrar todas tus cartas
sobre la mesa.
Y entonces sonríes
y el aire se rasga,
se abre una puerta
directa a tu alma,
distingo un camino
y puedo atisbar
entre curiosa y aprensiva
mil corrientes submarinas
cuando te miro.
Hay todo un océano de emociones
que fluyen desde el fondo de tu ser,
donde nacen tus canciones,
donde nadie llega a ver.
Ahora sé de dónde viene
toda la fuerza de tu voz
y por qué con tu mirada
puedes tocar mi corazón.