Donde
los huecos del silencio
van
despertando mis canciones,
mientras
la calma mece al viento
delicadas
emociones,
yo
me asomo a la hermosura
del
más sublime anochecer,
acompaño
a la luna
paso
a paso
hasta
desaparecer.
¡Oh!
Dichoso mundo que espera,
olvidado
de la humanidad
que
en su ajetreo de duermevela,
olvidó
observar la realidad.
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