Capa sobre capa

Capa sobre capa
      se va creando,
capa sobre capa
reposando.
Brillantes y oscuras,
      siempre mudas,
cuando una nueva capa
       en ti se va posando.
Sutiles transparencias
    que opacan, colorean,
susurrando su presencia
  en capas siempre nuevas.
 
Capa sobre capa
      te vas creando,
capa sobre capa
      recordando.
Aquellas que quedaron
sumidas en el fondo,
       las que ya se olvidaron,
las que guardan en sus pliegues
   un rescoldo.
Capas sobre capas
      que no entiendes,
creando este mundo nuestro.
Capas sobre capas
   que vuelven en redondo,
las que muestro,
       las que escondo.



Que el silencio hable

Volando entre nubes de un cielo
que nadie conoce ni ama
voy descubriendo el deseo
que me llama.
 
El fuego que arde en mi adentro
me aviva y consume sin llama,
se vuelve meta y sustento,
me reclama.
 
Y es tanto el vacío que siento
si mi palabra no logra
      que el silencio hable,
que pierde sentido hasta el tiempo
y mi callar se torna
       imperdonable.




En los días grises

Qué será de la muerte
            en los días grises,
cuando a nadie le importe
cruzar del otro lado,
cuando el viento inerte
no empuje más,
              quede parado.




El tacto de la luz

     Volando en las alas
     de días perdidos
     descubro miradas
               que jamás han existido.
     Aquellas que anhelan
     tocar con sus dedos
     las luces que juegan,
que enredan,
     los caminos
     que nunca vemos.



Verdades que se visten de suspiro

Perdidos en la sombra       del bosque
se agazapan los sueños        que fueron
rumiando los recuerdos        de noches
que nombran          mas no vieron.
 
Fantasmas irreales          que bailan
al son de las canciones         sin sonido
buscando ser mejores        se callan
verdades       que se visten de suspiro.




Al hacerse invisible

Porque al hacerse invisible
               no desaparece.
Porque al soltar tus viejos miembros,
    crece
                             y nos llena,
                                                  puede volar
y en esta vida nueva
revisar,
                 los días que se han ido
y aquellos,
                      que se han perdido.





Olvidando los nombres

Por dónde pueden verse
las horas que se fueron,
por dónde van dejando
la vida que un día vieron.
 
Sin mar donde esconderse
se alza mi velero,
sin rumbo navegando,
soltando los aperos.
 
Quién osa detenerse
al borde del sendero,
quién es mientras va olvidando
los nombres que un día fueron.





A la orilla de otro mundo

A la orilla de otro mundo
los caminos se deshacen,
se diluyen y renacen.
Tras el velo que hoy nos nubla,
tras la densa niebla inunda
cada poro de mi alma
ese vértigo inconstante
ante el abismo que nos espera
en la eterna y siempre nueva
realidad de cada noche.
Se apodera de mis sueños,
de mi cuerpo y mis reproches,
de mi anhelo y se hace dueño
de un latir que no conoce
la vida más allá
de este último vuelo,
y al no saber volar
soy solamente, suelo.




Tiempo prestado

Porque el tiempo siempre es prestado
      y no admite dilaciones,
porque cada verso acabado
              es un clavo
que fija y deja anclado,
que mata las variaciones.
Hoy escribo entre ríos
que avanzan en mil direcciones,
hoy desato los cabos
          y miro
donde me llevan, libres,
                mis canciones.




Vuela niño perdido

 
     Vuela niño perdido
que te atrapa el tiempo,
       vuela y busca el sentido
de tu propio cuento.
            Vuela con Campanilla
          y grita: "Creo en las hadas"
   vuela, que la vida es sencilla
cuando aún no está empezada.