Observando
la vida desde dentro
invierto
contenido y continente,
despacio
descubro y hago consciente
tras
el velo de piedra, el movimiento
que
al fluir otorga forma y cimiento
creando
la materia existente.
Suspendiendo
todo juicio de mi mente
me
voy abriendo y salgo al encuentro.
Porque
para entender con claridad
ya
no basta la gélida razón
que
observa el externo caparazón.
Porque
está en devenir la realidad
y
tan solo percibo su verdad
cuando
escucho en silencio al corazón.