En el límite
gris de la alborada
hoy
camino escuchando entre las voces
los
espacios que emergen, tan veloces,
en las
frases aún inacabadas.
Asomando
al calor de la palabra,
engrasando
los verbos en sus roces,
en lo
nunca dicho se reconoce
la
llave que hará que el mundo se abra.
Pues
el alma de todo lo que es vivo
palpita
por la gracia del vacío
que
mudo en este borde yo presencio.
Por su
inmenso poder sobrecogido,
hoy
observo nacer todo sonido
en el
hueco que crea el silencio.
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