Juegan las
niñas, al viento sus faldas,
muestran sin
pudor sus blancas enaguas,
hoy disfrutan de
la tarde sin prisa,
entre los arcos,
resuenan sus risas.
Despiertan las
campanas con su canto
a cientos de
grajos que alzan el vuelo
y vemos aquí
abajo, desde el suelo,
corrientes
invisibles en lo alto.
Bandadas que aletean
en la brisa
sorteando
arbotantes y cornisas,
infantil alegría
del verano,
planeando a ras
del empedrado.