Silencio,
murmullo de
fondo.
Silencio,
denso y hondo.
Me hablan al
oído
mares eternos
rescatando del
olvido
veranos e
inviernos.
Y yo floto
suspendida
entre aguas
turquesa,
dejando que la
vida
en sus olas me
meza.
En ella levito,
nada me pesa.
Silencio
infinito,
entra en mi
cabeza.
Y yo me
disuelvo,
toda sal y
arena,
por momentos
vuelvo
a ser parte de
la tierra.
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