La gris rutina
del día a día
deja las almas
adormecidas.
Buscando a ciegas
una pasión
que te conmueva
el corazón.
El sustituto
de una emoción,
por un minuto
tu religión.
Por qué no escuchas
a tu interior,
por qué no luchas
por ser mejor.
Por qué no intentas
sentir tu voz,
por qué no inventas
tu propio yo.