- No me gusta pensar.
- No te creo.
¿Por qué has decidido varias veces cambiar, aunque nunca lo logras? Te has parado a pensar en tu vida, en lo que quieres, hacia dónde vas, y al ver algo que no te gusta, intentas cambiarlo, ser mejor, parecerte más a esa imagen que creaste de ti mismo. Piensa ahora. ¿Qué te hace fallar, por qué no lo logras, es muy difícil lo que quieres… o tal vez simplemente no deseas realmente ser así?
- No me gusta pensar.
- No te creo.
¿Por qué te gusta el rap? ¿Qué te dicen esas letras, qué te hacen sentir? Te hablan de rebeldía, de lucha, de cambio, de superación, de amistad. Ya te has parado a pensar. Piensa ahora. ¿Por qué te gusta eso? ¿Necesitas libertad, vas arrastrando unas cadenas, aunque no sean de metal… o eres un rebelde sin causa, pero con ganas de luchar por un inalcanzable ideal?
- No me gusta pensar.
- No te creo.
¿Por qué eres diferente, por qué nadas contra corriente, por qué tienes tu estilo distinto al resto de la gente? ¿Es por hacer el tonto, llamar la atención… o es porque te gusta lo que te gusta, sin que te importen los demás, ni su opinión? Piensa ahora. ¿No es eso pensar más que el montón?
- No me gusta pensar.
- No te creo.
Te gusta, y lo haces constantemente. Solo quiero… que me lo cuentes.
Llámame loco
¿Quién está más loco: el que anula su “yo” para adaptarse a la sociedad y encajar a la perfección en el papel que le ha tocado desempeñar, siendo así un ciudadano modelo… o aquel que transgrede las normas buscando su propio ser, su motivación profunda, su realización personal, y se niega a dejarse encajonar por una sociedad que no busca la felicidad de los individuos, sino su eficacia?
Sueños
Sueños que vienen y van,
sueño un lejano lugar,
despierto vuelvo a soñar,
sueño que puedo volar.
¿Tú me puedes enseñar?
Tan solo cuando haya muerto
dejaré yo de soñar.
De mis sueños me alimento
y si un día no los tengo,
me los invento.
Sueños o cuentos,
qué más me da,
soplan los vientos,
vuelvo a empezar,
y ya no encuentro
la realidad,
porque en mis sueños
soy inmortal,
tú eres el centro
de mi huracán,
puedo volar,
nada es real.
Tan solo son sueños
sueño un lejano lugar,
despierto vuelvo a soñar,
sueño que puedo volar.
¿Tú me puedes enseñar?
Tan solo cuando haya muerto
dejaré yo de soñar.
De mis sueños me alimento
y si un día no los tengo,
me los invento.
Sueños o cuentos,
qué más me da,
soplan los vientos,
vuelvo a empezar,
y ya no encuentro
la realidad,
porque en mis sueños
soy inmortal,
tú eres el centro
de mi huracán,
puedo volar,
nada es real.
Tan solo son sueños
que vienen y van.
Has caído
Acudo a tu llamada de auxilio
que gritas sin poder casi hablar,
te encuentro pequeño, desvalido,
creo que olvidaste cómo andar.
Me acerco despacio, sorprendido,
tú que eras fuerte, como un castillo,
has caído,
y no logro imaginar
la inmensa fuerza con que el mar
te ha debido de golpear.
Abre los ojos, tranquilo,
que ahora yo estoy contigo,
no te pienso abandonar
mientras no hayas aprendido
de nuevo a caminar.
Gorro de lana
Verdes y extensas praderas,
caminos embarrados,
un ciervo despistado,
y el calor de una hoguera.
Subiendo una escalera
llegamos al pasado,
me guías de la mano
Días de familia y juegos,
de risas frente al fuego,
de tortitas en pijama
y niebla de mañana.
Mi vida queda parada,
ya la retomaré luego,
que por unos pocos días
para mí no existe nada
más allá de tu mirada,
que mi idea de alegría
hoy viste gorro de lana
y tiene los pies fríos
cuando se mete en la cama.
Somos quienes queremos ser
Un viejo indio hablaba con su nieto y le decía:
"Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento, vengador. El otro está lleno de amor y compasión"
El nieto preguntó entonces:
"Abuelo, dime ¿cual de los dos ganará la pelea en tu corazón?"
Y el abuelo contestó:
"Aquel que yo alimente"
"Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento, vengador. El otro está lleno de amor y compasión"
El nieto preguntó entonces:
"Abuelo, dime ¿cual de los dos ganará la pelea en tu corazón?"
Y el abuelo contestó:
"Aquel que yo alimente"
Confianza
La confianza es como una cuerda.
Imagina dos personas de espaldas en lo alto de una cima, cada una de ellas al borde de un abismo. Imagina una cuerda que les une y les permite asomarse al abismo. Si la cuerda es débil, en cuanto tiren se romperá y ambos caerán, pero si es fuerte, podrán apoyar en ella su peso, y el otro les soportará.
La confianza es como una cuerda.
A veces, un hilo de esa cuerda se suelta, y si ninguno se preocupa por repararlo, la cuerda irá deshilachándose hebra a hebra, hasta romperse definitivamente y arrojar al abismo a los dos ciegos despreocupados. Sin embargo, si al ver el hilo suelto ambos se dan la vuelta, se miran, lo reparan y tienden más pequeñas hebras que los unan… entonces la cuerda se fortalece y va creciendo hasta hacerse una soga inquebrantable.
La confianza es como una cuerda.
Pero hay que ganársela, hay que esforzarse, si uno deja de tirar, el otro cae. Y es muy difícil entonces volver a subir a la cima.
La confianza es como una cuerda.
Te permite llegar donde uno solo no llegaría, asomarte al abismo y ver más allá.
Imagina dos personas de espaldas en lo alto de una cima, cada una de ellas al borde de un abismo. Imagina una cuerda que les une y les permite asomarse al abismo. Si la cuerda es débil, en cuanto tiren se romperá y ambos caerán, pero si es fuerte, podrán apoyar en ella su peso, y el otro les soportará.
La confianza es como una cuerda.
A veces, un hilo de esa cuerda se suelta, y si ninguno se preocupa por repararlo, la cuerda irá deshilachándose hebra a hebra, hasta romperse definitivamente y arrojar al abismo a los dos ciegos despreocupados. Sin embargo, si al ver el hilo suelto ambos se dan la vuelta, se miran, lo reparan y tienden más pequeñas hebras que los unan… entonces la cuerda se fortalece y va creciendo hasta hacerse una soga inquebrantable.
La confianza es como una cuerda.
Pero hay que ganársela, hay que esforzarse, si uno deja de tirar, el otro cae. Y es muy difícil entonces volver a subir a la cima.
La confianza es como una cuerda.
Te permite llegar donde uno solo no llegaría, asomarte al abismo y ver más allá.
Tao Te King
XI
Treinta radios convergen en el centro de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.
Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.
Se abren puertas y ventanas en los muros de una casa,
y es el vacío
lo que permite habitarla.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad.
XXXIII
Quien conoce a otros, es inteligente.
Quien se conoce a sí mismo, es iluminado.
Quien vence a otros, es fuerte.
Quien se vence así mismo, tiene la fuerza del alma.
Quien se contenta, es rico.
Quien se esfuerza en hacer, tiene voluntad.
Quien permanece en su lugar, vive mucho tiempo.
Quien está muerto sin estar desaparecido, alcanza la inmortalidad.
(Lao Tse)
Treinta radios convergen en el centro de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.
Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.
Se abren puertas y ventanas en los muros de una casa,
y es el vacío
lo que permite habitarla.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad.
XXXIII
Quien conoce a otros, es inteligente.
Quien se conoce a sí mismo, es iluminado.
Quien vence a otros, es fuerte.
Quien se vence así mismo, tiene la fuerza del alma.
Quien se contenta, es rico.
Quien se esfuerza en hacer, tiene voluntad.
Quien permanece en su lugar, vive mucho tiempo.
Quien está muerto sin estar desaparecido, alcanza la inmortalidad.
(Lao Tse)
La seguridad del rebaño
Masas que se mueven sin pensar
sin saber a dónde van,
rebaños de sumisos corderos
camino directo al matadero.
Agachando la cabeza
ante un poder superior
adquirimos la certeza
de ser parte del montón.
Gracias. ¡Qué liberación!
Cómo es capáz esa negra oveja
de desafiar la autoridad.
No esperará llegar a vieja
viviendo y pensando en soledad.
Que locura. ¡Qué temeridad!
A saber dónde le llevará
su propia iniciativa.
Dejémosla, que ya está perdida,
sigamos juntas a nuestro guía.
¿Qué hay mejor en esta vida?
¿Libertad? ¿Autonomía?
¡Buah! ¡Menuda tontería!
sin saber a dónde van,
rebaños de sumisos corderos
camino directo al matadero.
Agachando la cabeza
ante un poder superior
adquirimos la certeza
de ser parte del montón.
Gracias. ¡Qué liberación!
Cómo es capáz esa negra oveja
de desafiar la autoridad.
No esperará llegar a vieja
viviendo y pensando en soledad.
Que locura. ¡Qué temeridad!
A saber dónde le llevará
su propia iniciativa.
Dejémosla, que ya está perdida,
sigamos juntas a nuestro guía.
¿Qué hay mejor en esta vida?
¿Libertad? ¿Autonomía?
¡Buah! ¡Menuda tontería!
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