Estando la tierra seca, marchita, muerta
entre rocas subterráneas
resbala rauda la corriente
que traerá vida a la muerte.
Llano desierto de tierra, de barro, de piedra,
por ti corre el viento sin impedimento.
Bajo la atenta mirada de un Sol
implacable, seco, caliente,
que fustiga la tierra con sus rayos
abriendo en ella grietas de dolor,
de infertilidad, de muerte.
¿Quién desafiará a la muerte?
En medio del desierto, una blanca flor
lucha feroz por la supervivencia
desgarrando a su paso la piedra.
Sólo tres espinas
contra tierra, viento y fuego.
Mas tras una corta vida
es atraída por el suelo
cae sobre la tierra,
seca, marchita muerta.
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