La galerna

Grises y densas nubes de tormenta
velan contornos en la lejanía,
cubren los techos de la azul bahía
sin que nos demos apenas ni cuenta.

Y cuando menos crees, su marcha lenta,
ha sometido ya, la luz del día,
ha logrado empañar toda alegría,
la noche ha caído, no tiene vuelta.

Huyen las gaviotas de la galerna,
blandiendo con prisa sus blancas plumas.
Yo me alzo firme sobre mis piernas
en oscuro manto sin luz alguna,
dejo que el cielo sobre mí se cierna,
disolviendo mi ser entre las brumas.




Bucear

Silencio,
murmullo de fondo.

Silencio,
denso y hondo.

Me hablan al oído
mares eternos
rescatando del olvido
veranos e inviernos.

Y yo floto suspendida
entre aguas turquesa,
dejando que la vida
en sus olas me meza.

En ella levito,
nada me pesa.
Silencio infinito,
entra en mi cabeza.

Y yo me disuelvo,
toda sal y arena,
por momentos vuelvo
a ser parte de la tierra.




Meditar en lo atómico

Buscando en lo más profundo
del sólido indivisible
la esencia de este, mi mundo,
oculta en lo invisible.

Sumergiendo mi consciencia
en honduras insondables,
hoy pongo vida a la ciencia,
dejo al cosmos que me hable.

Y así escucho ese murmullo,
canto eterno y silencioso,
que meciéndolo en arrullo
crea un cielo tan hermoso.

Tras poner mi ser en calma
hoy me empapo en la materia,
esperando ver el alma
resurgiendo desde ella.




Disolviendo sales

Navego por mares
de aguas transparentes
disuelvo mis sales,
drenando los males
que acosan mi mente,

Soy cuerda que vibra,
móvil permanente.
que sube y que baja,
y en este vaivén,
la piel resquebraja,
fundiendo su ser
con aguas saladas
secas y mojadas
que en su ir y venir
el mundo equilibran.

Me dejo fluir
soltando el amarre,
las hago vivir,
en mí se introducen,
son parte de mí,
y tan alto brillan
que al fin se reducen
las sombras mortales
y todo reluce
en blancos cristales.




Abriendo futuro

Eleva la brisa
los quedos suspiros
que brotan sin prisa
del sol suspendidos.

Tranquilo descanso,
hogar que me espera,
lugar noble y manso
pegado a la tierra.

Recuerdos nublados
de viejos amigos
que fueron borrados
por años de olvido.

Hoy vuelve mi vida
tan vieja y tan nueva,
del cielo prendida
soy polvo que vuela.

Vivo encaramada
en lo alto de un muro,
cual flecha lanzada
abriendo futuro.





Mar de ahora

Abierto al mundo
mi ser se despoja,
un mar profundo
me invade y me moja,
en él me hundo,
lugar donde mora,
en un segundo,
inmerso el ahora.




Antes de despertar

Caer repentino,
inmóvil tirón,
mi cuerpo dormido
me amarra al colchón.





Un orden superior

Cuando la mente
no alcanza a ver el diseño,
es evidente
que el pensar queda pequeño.
Sin herramientas
que expliquen qué es lo Bello,
el ser lo intenta
captar por medio de un sueño.



Soy en tu alma la euritmia

Transitando despacio
este nuevo sendero,
voy abriendo un espacio
que permita alzar el vuelo.

Y es en la compañía
donde nazco de nuevo,
amor que cada día
me renueva por entero.

Soy el hueco que hay entre,
visible y escondido,
soy momento presente,
atención en los sentidos.

Soy impulso que llega
más allá de la forma,
soy la esencia que queda,
movimiento que transforma.

Soy la danza que brilla
como estrella en tu interior,
balanza que equilibra
el fluir del corazón.

Soy la llama de fuego
que hasta el hielo entibia,
soy del templo, el velo,
soy en tu alma la euritmia.



Imprimiendo la vida

Todo bulle y se transforma
en impulsos sucesivos,
sin descanso se retorna,
movimiento imperativo.

Con el tiempo toma forma
el empuje de lo vivo,
imprimiendo así la norma
que en sí mismo ha crecido.