El diamante enterrado

Desde el mundo de lo eterno
a la tierra cayó un cristal,
de barro recubierto,
nadie vio su potencial.
 
Hoy el cielo está lloviendo,
cae la lluvia y limpia el barro,
bajo este descubriendo
un diamante enterrado.
 
Del templo, sobre la puerta,
colocan el diamante,
él protege con su fuerza
a todos los habitantes.
 
El diamante es un joven sol
fuerte, nítido y precioso,
su luz hace el mundo mejor
y más hermoso.


Para Clyde

Raudo como el viento

Raudo como el viento
vuelo por los campos,
sé que llevo dentro
más de lo que alcanzo.
Nada me detiene,
nada me hace daño,
sé que cuanto viene
es mío desde antaño.
Y tan solo a quién yo quiera
abriré mi corazón,
mostraré la perfección
que descubro en cada cosa,
esa que hace más hermosa
la vida,
la que late e ilumina,
la que dona su calor.
Y al ponerme por bandera
la belleza del mundo,
cruzaré cada frontera,
seré mayor
            y más profundo.


Para Giona

Como un faro

Lentamente abro vía
por senderos ignotos,
es mi asombro quien me guía
a lugares remotos
donde nada
hoy me es conocido,
donde cada
hombre es un amigo.
Y allí me alzo, como un faro
alumbrando a los demás,
cada cosa que yo hago
llega a la posteridad.
Soy como un gran capitán
que sin miedo navega,
me adentro bravo en el mar
que a mi patria me lleva.
Pues yo se de dónde vengo,
todo el mundo es mi cuna,
y no existe nave alguna
que detenga mis pasos.
Con mi luz avanzaré
más allá del ocaso
y al mirar el camino andado
veré por fin el orden
que yo mismo he creado.


Para Lucas


El verano en que bailamos con las luciérnagas

Un verano que cambia una vida.
La magia de la noche en los bosques de encinas.
El cantar de las cigarras bajo el sol implacable.
El aroma del romero sobre los campos de trigales.










Geometría

Despierta hombre y mira
la forma que ante tus ojos
despliega sus mil antojos
mostrando peso y medida.
Sagrada geometría
que cuadra y triangula
y en silencio regula
el universo y la vida.
Despierta hombre y mira
la norma que reposa
detrás de todas las cosas,
despierta e ilumina.





Blancas, revoltosas

Blancas, revoltosas,
mirando alegres desde las alturas
los campos verdes,
las sendas silenciosas.
Ligeras y esponjosas,
dechado de pureza y hermosura,
tan solo al verles
la calma me rebosa.





Caballero

No se hace caballero
quien su arreo viste
con aperos de hierro,
lanza en ristre.
Que no es manto ni atavío
lo que hidalgo crea,
sino un noble sentido
que espolea
su corazón hacia el cielo,
hacia santos hechos,
que se tornan destino
desde el lecho.


Dónde van los barcos que ya fueron

Dónde van los barcos que ya fueron,
los que nunca se detienen en su borda,
los que vuelven, marchan y transforman,
dónde van sus cascos ya gastados,
dónde van ellos luego
de vivencias agotados.
 
Es verdad que conocen mares nuevos,
que descansan en sus pálidas orillas,
mas sus velas, siembre blancas, brillan
prestas para próximos viajes
y al mirarlos solo veo
perpetuos oleajes.
 
Dónde van los barcos que ya fueron,
dónde vuelven, dónde están en cueros.



En las horas que preceden al alba

En las horas que preceden al alba
cuando todas as canciones se acallan,
cuando suelta su fragor la batalla
y sin fuego que la anime, se calma.
Prende
la luz que la noche ilumina,
aquella que vuelve y camina,
calor que de ti se desprende.
En ella tu alma comprende.
Despierta
la voz que en silencio retumba
que vibra en tu pecho y te alumbra,
te guía directo a la puerta
y encuentra
de nuevo vacía la tumba.



En su éxtasis comprendes

Cuando escuchas el instante
que del flujo se desprende
y quedando suspendido
en su éxtasis comprendes
lo cambiante,
lo vivo,
lo que siempre está dormido
y despierta en el presente,
lo que vuelve sin motivo
y al volver es tu destino.