En
las horas que preceden al alba
cuando
todas as canciones se acallan,
cuando
suelta su fragor la batalla
y
sin fuego que la anime, se calma.
Prende
la
luz que la noche ilumina,
aquella
que vuelve y camina,
calor
que de ti se desprende.
En
ella tu alma comprende.
Despierta
la
voz que en silencio retumba
que
vibra en tu pecho y te alumbra,
te
guía directo a la puerta
y
encuentra
de
nuevo vacía la tumba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario