Desde
los tejados
de
la gran ciudad
miro
ambos lados
de
la realidad.
Uno
denso, enorme,
heredad
dormida,
otro
etéreo, informe,
que
le da la vida.
Uno
con los ojos
de
mi rostro veo,
otro
que en mí acojo
y
entre líneas leo.
Trato
de ligarlos,
comprender
su esencia,
hoy
sé que entre ambos
baila
la existencia.