En
los ojos asoma el alma,
en
sus negros y azules
sus
pecados,
sus virtudes.
Me
sumerjo en la calma
de
sus hondos lagos
y
en lo más profundo
logro verme
del
otro lado,
sobre
mí se vuelven,
brillantes
de emociones,
y
al mirar me fundo
con
sus verdes,
sus marrones.
En
los ojos asoma el alma
y
en el alma...
mis canciones.
En los ojos asoma el alma
Este impulso que nace
A
la sombra del camino
donde
todo yace,
yo
me alzo y hago mío
este
impulso
que renace
y
así salgo a la luz,
que
es partida y destino
de
este mundo convulso
que
ahora miro.
Soy
el muerto y la cruz,
soy
puente y abismo,
soy
la fuerza que crea,
la que me moldea.
Soy
yo mismo.
A
mi través siento
cómo
el viento
me traspasa,
es
mi aliento,
y
en su eterno movimiento
encuentro,
al
fin,
mi casa.
En las hojas verdes
Brilla
la luz
en las hojas verdes,
brillan
y al sol
resplandecen.
Sublime
alegría
me mece,
al
viento mi voz
se estremece.
Henchido
de vida
avanzo a saltos,
llegando
en mi andar
cada vez más alto.
Me
lanzo a volar
y al fin descanso,
remanso
de paz,
al mundo canto.
Aleteo
En
el frágil aleteo
de
mi alma al despertar
percibo
lo que no veo,
lo
que sé sin explicar.
Ese
íntimo vibrar
tan
mío y tan distante
que
abre y me hace más,
pulsión
inconstante.
Me
sobrecoge el miedo
de
ser quien soy,
por
sendas de oro, ciego,
a
mí mismo voy.
Y
es la vida que en mí nace
la
que guía mis pasos,
la
que empuja y me hace
no
rendirme al ocaso.
Despertar
de entre sus mares sin nombre
Yo me alzo.
Voy despertando uno a uno
los durmientes sentidos
por los que observo y comprendo,
por los que vivo.
Es en los ritmos que en mí nacen
donde descubro quién soy
y al integrarlos decido
dónde voy.
Bajo la fuerza de mis riendas
todo en mí se torna
cáliz de un contenido
que me transforma.
Y es entonces que me elevo
a las alturas de hoy,
donde veo y al fin puedo
decir: Yo soy.
Los sueños que nunca tuve
Bajo la línea del horizonte
viven
los sueños que nunca tuve,
los
que descansan a la espera,
los
que se esconden,
los que no llegan.
La cuerda que tira
Dónde
van los caminos que nadie dibuja,
dónde
nos llevan los pasos
dónde el andar nos empuja.
Cruzamos
ciegos la vida, anudando lazos,
es
posible que algún día
sintamos la cuerda que tira,
y
al echar la vista atrás,
veamos
el nudo a desatar.
Creo la idea
Me
alzo sin base y sustento
en
campos que siempre he pisado
y
al ver ese suelo olvidado
comprendo
que nunca he pensado,
pues
solo ahora que elevo
quien
soy más allá de lo dado
creo
la idea y puedo
mirar
del otro lado.
Cargas compartidas
te veo
y todo cobra sentido.
Comprendo las cargas que llevas,
te quiero,
y cargo contigo.
Porque sé que tú me entregas
de nuevo
aquello que siempre fue mío.
Inversión
y en sus límites percibo permitiendo que me hable
aquello que he vivido y lo que aún es impensable.
Escucho en el silencio de la noche inescrutable
y los grillos traen el canto de todo cuanto vive,
en mí cabe tanto que ya no soy yo quien escribe,
es el todo, que en mi adentro late y me revive.