Al buscarme en los sentidos el corazón se abre
y en sus límites percibo permitiendo que me hable
aquello que he vivido y lo que aún es impensable.
Escucho en el silencio de la noche inescrutable
y los grillos traen el canto de todo cuanto vive,
en mí cabe tanto que ya no soy yo quien escribe,
es el todo, que en mi adentro late y me revive.
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