A mi través

El ser del universo
se expresa a través mío
y en cada humilde verso
yo le abro un camino.

Sabio fuego ilumina,
me muestra la verdad,
llegando a cada esquina
de este, mi pensar.

Las fuerzas de la tierra
impregnan de bondad
mis brazos y mis piernas
guiando mi actuar.

Y es el calor del viento,
quien en bello fluir
rebosando mi adentro
respira en mi sentir.

En mi reflejo mora
cuanto en mundo reflexiona
y es a mi través
que canta la vida
una y otra vez
en el habla mía.



Gracia

Abiertos los brazos
en gesto interior
aguardo retazos
de un ser superior.

Presencia que llena
de calma y amor
logrando que vea
con mi corazón.



Toreo

Corre la bestia asustada
sin saber a dónde ha ido,
se apartó de la manada,
la guiaron al tendido.

Entre pases y capotes
en su orgullo le han herido,
va frenando ya su trote,
rojo el lomo estremecido.

Y al sentir fría la espada
hasta el puño bien clavada,
en él la vida se apaga
cada suspiro que exhala.




La bella estrella

Crece una estrella,
nace a la vida,
y en compañía
hoy somos ella,
es tuya y mía.

De punta a punta
el caminar
la hace brillar,
se expande y junta,
al circular.

Queda en el centro
quieto un vacío,
y ahora que miro,
en él encuentro
el ritmo mío.

Late en el hueco
un corazón
y es su emoción
inmóvil eco
de una canción.

De la cabeza
hasta los pies,
la estrella es
toda belleza
cuando la ves.



El pueblo que nunca había tenido

Soltando cabos,
saltando a un mar
de pardos prados
y sol sin par.
Rutina a un lado,
no busco más,
que ya he encontrado
dónde arribar.

Encaramada a una almena
sobre este pueblo dormido
mi alma queda se eleva
sin ver las calles que miro.
Pues en mi se ha metido
el horizonte expandido,
sin saber, lo he hecho mío
en esta tarde de estío.



Fluyendo despacio

Fluyendo despacio
mi alma se amolda al espacio,
me envuelve un abrazo,
flotando me siguen mis pasos.
Fugaz melodía
que me arrastra cada día,
la vida camina
fundiendo su voz con la mía.



Nombrando lo innombrable

Poniendo un manto finito
a aquello que no tiene fin
lo nombro y delimito,
lo encierro en un redil,
y así permito
que todo mi entorno
comprenda una idea completa
palpando los contornos
de su silueta.




Hueco entre paredes

No es su tupida urdimbre
ni lo hermoso de sus mimbres,
es el vacío entre estos
el que embellece al cesto.

No importa en realidad
cuán altos muros eleves,
lo que crea un hogar
es el hueco entre paredes.

Así el cuerpo
abre un espacio interior,
y queda muerto
sin “yo” que le de calor.



Verano en Turégano

Plácido yace al sol
polvoriento el camino,
sin sombra, sin color,
agrietado de olvido.

Gemelo el torreón,
vigilante castillo,
su historia se perdió
diluyendo los siglos.

Sin par desolación
de marrón y amarillo,
silencio inspirador
donde hablan los grillos.

Su trémula canción
todo deja dormido,
descanso del dragón,
pueblo antiguo y tranquilo.



La playa en mí

                 Sentir mi melena
                        disuelta en el mar,
                                pisar en la arena,
                         dejar que la sal
                 penetre mis venas
                          y el disco solar
                              me bañe en su rueda,
                           me llene de mar.