Juramento de la Guardia de la Noche

Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento:
La noches se avecina, ahora comienza mi guardia.
No terminará hasta el día de mi muerte.
No tomaré esposa, no poseeré tierras, no engendraré hijos.
No llevaré corona, no alcanzaré la gloria,
viviré y moriré en mi puesto.
Soy la espada en la oscuridad,
el vigilante del Muro.
Soy el fuego que arde contra el frío,
la luz que trae el amanecer,
el cuerno que despierta a los durmientes,
el escudo que defiende a los reinos de los hombres.
Entrego mi honor y mi vida a la Guardia de la Noche,
durante esta noche y todas las que estén por venir.

("Canción de hielo y fuego" de George R. R. Martin)


Tantas ganas de volverte a besar

Echo de menos tu dulce sonrisa,
tus manos pequeñas y tus caricias,
tu pelo rebelde para jugar,
buscar remolinos y despeinar.

Echo de menos tus cortas visitas,
y asomada al balcón las despedidas,
las tardes lluviosas para pintar
dos mil muñequitos y disfrutar.

Echo de menos tu fiel compañía,
tu bici candada junto a la mía
y esos paseos por la ciudad,
sentir el aire, dejarnos llevar.

Tengo tantas ganas de regresar,
tantas ganas de volverte a besar.

Lejos

Lejos de ti,
aún más lejos,
te voy buscando
en los espejos,
yo me muero
por tus huesos
y me pierdo
si estoy lejos
de tus labios,
de tus besos,
no me acuerdo
de tus sabios
consejos.
No estás conmigo
y no me quejo,
pero hoy vivo
de sueños viejos.
Te amo y lo digo
sin complejos,
te amo y sigo
a lo lejos.

Te quiero, sí, y qué.

Te quiero,
por tu forma de ser,
te quiero,
por tu risa mordaz,
te quiero,
porque quiero querer,
te quiero,
por tu calma al hablar.

Te quiero por tantas cosas
que no sé cómo explicar,
porque me haces sonreír,
y esforzarme y mejorar,
porque sé que junto a ti
nada puede irme mal,
porque creo que vivir
significa disfrutar
cada día un poco más,
porque me haces feliz,
y el resto, qué mas da.

No me importa
si me quieres tú también
igual que lo hago yo
o si es menos la pasión,
yo te quiero
y en tus ojos puedo ver
que en verdad eres sincero
al abrirme el corazón.
Y me basta con saber
que sin duda tú también
pierdes la razón
cuando hacemos el amor.
Te quiero
y no sé nada más,
te quiero y por favor
no me preguntes por qué
que no puedo responder,
no pretendas comprender
que no tiene explicación.
Te quiero,
sí, y qué.
Te quiero,
de todo corazón.

Empecé a conocerte

Te encontré entre los campos
aprendiendo a enseñar,
con tu cara de pillo,
tu sonrisa sin par,
y te fui conociendo
sin pararme a pensar
que aunque seas un niño
también sabes amar.
Me gustaban tus labios,
tu forma de pensar,
tu mirada, tus manos
y tu voz al hablar,
y llegado un momento
no lo pude ocultar.
Pensé que huirías
evitando cualquier
complicación,
y en cambio te quedaste,
temblando me dejase
tocar tu corazón.
Y empecé a conocerte
de verdad,
a contarte mi vida,
a escuchar,
y con cada palabra
más a ti me acercaba,
y con cada susurro
de la boca al oído
derribamos un muro
y lo cruzo contigo.
Hasta llegar más profundo
de lo que jamás he ido,
sumergiéndonos en un mundo
que vas inventando conmigo,
donde con una mirada
nos sintamos unidos,
donde tu alma y la mía
se fundan en un suspiro.

Mil mariposas

¿Sabes dónde van
los besos que no se dan?
Se transforman en mariposas
y echan a volar.

Dime, dónde los puedo guardar.

Porque cada vez que te veo
mil mariposas emprenden el vuelo,
y dejarlas marchar con toda esa pasión
me parece un derroche, no tiene perdón.

Ven, acércate,
no vayas a desaparecer,
que te quiero aprender
y descubrir
cómo vivir
una vida entera junto a ti.
Quiero saber
cómo atrapar
mil mariposas en mis manos
para poder regalártelas
la próxima vez que nos veamos.

Y cómo… puedo atrapar
un instante que se escurre entre mis dedos
como el agua del mar.
Ven y explícame
cómo lo puedo detener
Si quiero… atesorar
Las miradas que se escapan sin quererlo,
esas que dicen “te quiero” sin saberlo.
Y dime… dónde encontrar
todos esos momentos
que quisimos compartir y no pudimos,
tus abrazos,
y todos los besos… que no nos dimos.

No es algo racional

Últimamente
se me hace un nudo
pensando en ti,
me tiembla el pulso,
me quedo mudo,
no sé vivir.
Últimamente
me pregunto a menudo
qué ves en mí,
por qué estás aquí,
que te hace volver,
que te hace seguir.
Y es que creo
que hasta un ciego
ve en mi cara
esa mirada
soñadora,
enamorada.
No es algo racional,
no se trata de pensar
ni discutir,
si te gusta mi forma de vivir.
Me conoces,
soy así.
Cierra tus ojos
y déjate sentir.
Y es que creo
que te falta
esa chispa
al corazón,
la que te hace sonreír
y te llena de emoción,
la que te hace ser feliz
por cualquier razón.
Y si no la sientes, dime:
¿Por qué estás conmigo amor?

Quiero regalarte un mundo

Quiero regalarte un mundo
para compartirlo
y que tú y yo juntos
podamos descubrirlo,
encontrando los secretos
que te hacen ser tú mismo,
escuchando tus silencios,
acoplando nuestro ritmo.
Quiero regalarte
todo un universo
y enseñarte
a leer mi alma en un beso,
y mirar las estrellas
a tu lado
y volar junto a ellas
de la mano.
Quiero regalarte un puente
que nos una para siempre
para que tú así puedas
cruzarlo cuando quieras
y llegar a mi mente,
conocernos lentamente
hasta que en nuestro interior
lata un mismo corazón.

Gracias por las sonrisas

Gracias por las sonrisas
que arrancas de mi boca
y por esos momentos
en que tu alma y la mía se tocan.

Quiero sentir eternamente
tu cuerpo entrelazado con el mío
y ver esa sonrisa
dibujarse cuando te miro.

Quiero ayudarte a llevar tus penas
y disfrutar tus alegrías
quiero…
que compartamos nuestras vidas.

¿Sueño o realidad?

Vivo un sueño entre vidas,
vivo soñando de día,
y por mucho que viva dormida,
sueño que vivo mi vida.

Sé que pronto llegará
el temido despertar,
sé que volveré a vivir
una vida y no dos mil,
pero es tal dulce soñar
y tan difícil olvidar.

Si en lo que dura este sueño
te he desnudado mi alma,
te has convertido en mi dueño
y ya no sé
cómo volver a la calma.

Cómo puedo dejar de soñar,
cómo puedo saber
si todo es sueño o realidad.