Echo de menos tu dulce sonrisa,
tus manos pequeñas y tus caricias,
tu pelo rebelde para jugar,
buscar remolinos y despeinar.
Echo de menos tus cortas visitas,
y asomada al balcón las despedidas,
las tardes lluviosas para pintar
dos mil muñequitos y disfrutar.
Echo de menos tu fiel compañía,
tu bici candada junto a la mía
y esos paseos por la ciudad,
sentir el aire, dejarnos llevar.
Tengo tantas ganas de regresar,
tantas ganas de volverte a besar.
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