Entre mis límites palpando
esos gestos que no comprendo,
sobre sus bordes dibujando,
aprendo.
De los rincones de mi alma
donde descansan los escombros
y al acogerlos, algo cambia,
los nombro.
Despliegan entonces sus alas,
sus piedras que son tan mías,
y al verme en ellos reflejada
se iluminan.
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