Bajo el agua que brinca en alegre cascada
me sumerjo en silencio y salgo cambiada,
constante corriente que arrastra consigo
las ropas que siempre me han vestido.
Me voy poco a poco despojando
de mis eternas envolturas,
en sus aguas voy dejando
mis viejas vestiduras.
Buceo desnuda,
libre del cuerpo,
alma pura
sin tiempo.
Y es entonces,
cuando no soy nada,
que algo en mí se rompe,
comienzo a ser creada.
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