Hoy me empapo paseando entre portales
por las calles de esta urbe tan mía,
por las calles de esta urbe tan mía,
gris
y blanca es la luz que a pleno día
desdibuja
el asfalto y los metales.
Navegando
en el vaivén de los mares
me
sumerjo en las aguas de la vida
que
limpian y diluyen las esquinas
volviendo
las fantasías reales.
Y
en este mundo de aguas sin frontera
me
pierdo mudo soltando mi cuerpo,
me
siento nacer, olvido quién era,
y
al hacerme consciente de que he muerto
puedo
ser minúsculo e inmenso
expandiéndome
a todo el universo.
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