Cuando te comprometes con alguien unes tu destino al suyo. Puedes aparentar que es un acto sin importancia, puedes incluso convencerte de ello y actuar como si tal. Pero aunque tú lo niegues, tu vida cambia.
Hoy he aceptado un nuevo alumno. No es un alumno normal, al que le das un par de horas y te olvidas de él el resto de la semana, este quiere dos horas al día, cinco días a la semana, durante todo el verano. Quiere sacar selectividad, quiere estudiar, quiere vencer su miedo a los números... y yo quiero ayudarle a ello.
Este verano voy a estudiar se nuevo selectividad para explicársela bien. Este verano voy a pensar en él cada día preparando la siguiente lección. Este verano voy a ayudarle a cumplir su sueño, aunque él mismo no tenga muy claro cuál es, mientras yo avanzo en el mío de ser profesora.
Las interacciones humanas pueden ser de muchos tipos, pueden dejar más o menos huella. Pero quien no se de cuenta de que un compromiso así, aunque sólo sea por un tiempo, liga los destinos de dos personas... es que está ciego.
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