Echo de menos tu mirada
limpia y transparente,
una puerta abierta, despejada,
hacia tu mente.
Quiero verte.
Echo de menos cada día
tus palabras impulsivas,
tus saltitos de alegría,
tus preguntas incisivas,
tus ideas peregrinas,
tus miedos y el que me los cuentes.
Quiero verte.
Echo de menos cada hora
los besos que me robas,
tu alma soñadora,
tus sonrisas frecuentes.
Quiero verte.
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