Cayeron como un velo las barreras
que todos tenemos alrededor,
esas que nos separan de la tierra
aislándonos del mundo exterior.
Pero empezamos hablando, tranquilos
y enseguida supimos
que entre nosotros dos
esos muros jamás han existido.
Vamos abriendo el alma sin temor,
mostrando nuestro ser, nuestro interior,
compartiendo los sueños e ilusión,
siendo uno donde antes eran dos.
Y juntos crecemos día a día,
crecen las ideas y el corazón,
porque vivir la vida compartida
nos hace a cada uno ser mejor.
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