Soy un cuento sin final
escribiéndose a sí mismo
en el filo de un abismo
sin saber si se caerá.
Soy la lluvia en el cristal
deseando penetrar
en tu mente y observar
lo que ocurre en cada instante.
Soy la luz que viene y va
entre planchas de metal,
para mi no existe un antes,
mi pasado se ha escapado
como nubes de algodón
entre los dedos de un gigante.
Ya no sé pedir perdón,
mi paciencia se agotó
y ahora ruedo sin control
deseando encontrarte.
Soy el centro de un tifón,
soy la voz del huracán,
todo gira alrededor
y no sé cómo parar.
Soy un barco sin timón,
sin lugar donde amarrar,
pero sé que Poseidón
jamás será capaz
de hacerme naufragar.
Porque en este viaje sin razón,
sin destino, sin espada,
sin apenas pasta,
me guía el corazón
y con eso basta.
No sé dónde me dirijo,
pero mi único punto fijo,
mi centro de coordenadas,
está en el fondo de tu mirada.
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