Hay sonrisas que llegan
donde nadie ha ido
y palabras que derrumban
todo lo vivido
reduciéndolo a un suspiro.
Despedidas eternas
grabadas a fuego,
me giro y tu silueta
sigue inmóvil, esperando,
quiero quedarme quieta,
seguirte el juego,
volver y quedarme hablando,
pero no puedo
y me voy temblando.
Porque en un instante
rompiste mi escudo
y como nunca antes
me sentí al desnudo
bajo tu mirada.
Por que sin saberlo,
sin creerlo,
sin querer verlo,
ya estaba enamorada.
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