Y si la noche se enciende

Búscame
donde las nubes se extienden
y la sombra no alcanza,
Búscame
bajo las luces doradas
que preceden al alba,
Búscame
donde las horas se pierden
entre duendes y hadas,
Búscame
junto a las gentes que entienden
el instante y la nada,
Búscame
cuando el ahora pretende
ser mejor que el mañana,
Búscame
y si la noche se enciende
estaré preparada,



Entre mis páginas duermo

Entre mis páginas duermo

            la vida

y a ellas siempre vuelvo,

despierta o dormida,

porque el olvido y el recuerdo

            son mentira,

pero en ellos envuelvo

            mi poesía.



Todo y nada

Dónde vuelan las batallas

que no luchamos,

dónde escuchan, dónde callan,

esperando a que volvamos.

Dónde campan los silencios

                        que no buscamos,

dónde esperan a que el tiempo

se nos vaya entre las manos,

            que se escurra,

                        se deshaga,

y al final de la mañana,

                                    esperamos

                        a que ocurra

todo y nada.



El tiempo

Suavemente se desliza
como el viento entre las hojas,
suavemente, que no hay prisa,
y su beso ni nos toca,
es más leve que la brisa,
más ligero que la rosa,
pero envuelve y acaricia,
lentamente él se posa.
No lo ves al caminar,
no percibes hoy su roce,
pero el día llegará
en que no te reconoces,
pues su capa oculta ya
todo daño, todo goce.



Danza el atardecer

En la sutil danza de color
de las cambiantes figuras,
donde el dorado pierde su fulgor
y trasluce sombras mudas,
allí te espero, mi amor,
donde dos vidas se saludan.
 
Será tuyo el silencio de mi voz
y todo lo que lleva,
tuyo lo eterno en mi interior
y cuanto traiga mi piel nueva.




Amanece en Tudela

En los días de sol,
cuando el mundo me espera,
me detengo a observar,
lo que fue, lo que era.
 
Y en las sombras marchitas
del pasado que queda,
voy dejando que las cigarras
mezan mi duermevela.
 
En mis sueños, muy de mañana,
la vida se desvela,
suena una tren en las vías,
amanece en Tudela.