Prendida del cielo

Sintiendo lo etéreo vibrar en el aire
me dejo guiar por todo y por nadie.
Cada palabra que quedo pronuncias
abre una puerta callada que anuncia
en qué dirección yo puedo flotar
siguiendo los ecos que forman el mar.
En blanco silencio, escucho prendida
del cielo, por dónde fluye la vida
y un viento me lleva en rauda espiral
al centro vacío de todo crear.




La flor

Desde la periferia del universo,
desde los confines de lo inmenso,
en profundos azules insondables,
donde nacen estrellas que pueblan mares.

Llegan al mundo fuerzas vitales,
fuentes de eternos manantiales,
que impulsan la vida desde dentro
creando en la flor, su centro.

Sin saberlo ella crece,
erguida su presencia,
y es toda la existencia
la que en sus pétalos, resplandece.




Silfos

Chispeantes meteoritos
que se esfuman al mirarlos,
cual brillantes angelitos,
atraviesan sin tocarnos.

Impregnando un cuerpo vivo
en el alma de las cosas
van tranzando su destino,
forjadoras silenciosas.



Anchos los trigales

Reposa el azul intenso
de los cielos estivales
cubriendo el pacer inmenso
de los campos de trigales.

Anchos son los mares
de tierras y amarillos,
pastos inmortales
donde juegan los chiquillos.



Camina

Camina despacio, sin prisa
que el mundo te espera y la vida
contigo se une y camina.

Avanza sin pesos, sin penas,
soltando la carga que llevas,
que atrás con tus pasos se queda.

Camina, que es una aventura
la senda que hoy ves tan oscura,
camina, que nada perdura.




Destino

No soy sombra que te espera
al vagar por la ribera,
no soy yo esa brisa nueva
que se anuncia y nunca llega,
no soy grito inconsistente,
no soy flor de primavera,
soy la estela permanente
que al pasar los siglos queda,
soy la forma en ti latente
que te empuja y te moldea.



Nada se aloja en la nada

Nada se aloja en la nada,
nada que empuja y vacía,
fuerza ni muerta ni viva,
en el fluir olvidada.

Tras el abismo se esconde,
feroz, agazapada,
la vacua falla sin nombre
que todo en sí se traga.

Densa se extiende su niebla,
etérea, deshilachada,
voz silenciosa que puebla
el todo con la nada.



En el centro

De aire son hoy mis huesos,
como es de aire mi pensamiento,
soy todo vientos espesos
que se revuelven cada momento,
y yo me alzo sin miedo
me yergo firme en mi propio centro,
pues soy yo mismo quien vuelo
y quien escucho desde mi adentro.



Forjando mi nueva forma

En largos caminos brilla
la luz que mi ser transforma
y toda firmeza torna
en tan singular semilla
que crece y a mí retorna,
pues todo actuar moral
trasciende la muerta norma,
fluyendo en fuerza vital
que forja mi nueva forma.



Me pierdo para hallarme

Despliega, ¡oh veloz aventurera!
las alas que te llevan por la vida
y siente bajo ellas cada día
la dicha de esta verde primavera,
que cada año empieza y se renueva,
preñada de semillas y alegría,
logrando que esta inquieta alma mía
se disuelva en el mundo que la lleva.

Es así que me pierdo para hallarme
en la luz y el calor de mis sentidos,
extendiendo mi ser hasta olvidarme…
Y en estando mi yo, solo y perdido,
tan solo mi pensar puede guiarme,
devolviéndome a un cuerpo renacido.