Busco sin saber
el tema de mi olivo
y al buscarlo,
lo siento vivo.
Este acontecer
transforma cuanto miro,
sin notarlo,
lo he hecho mío.
Y al centrar mi mente
en la idea oculta,
se vuelve evidente
lo que no vi nunca.
De mi me salgo
y sin ojos veo,
observando en un árbol,
el mundo entero.
Por momentos
Me alejo para ordenar
los sentimientos,
me alejo para llegar
más adentro,
y al pararme a escuchar
en los vientos,
el continuo latir
que me hace vivir,
comprendo que por momentos
soy más de cuanto habita en mi.
los sentimientos,
me alejo para llegar
más adentro,
y al pararme a escuchar
en los vientos,
el continuo latir
que me hace vivir,
comprendo que por momentos
soy más de cuanto habita en mi.
Discernimiento
Aprendiendo a distinguir
verdad y fantasía,
observando en mi
qué ideas no son mías.
Intentando no imponer
mi visión de las cosas,
abriendo para ver
su esencia más hermosa.
verdad y fantasía,
observando en mi
qué ideas no son mías.
Intentando no imponer
mi visión de las cosas,
abriendo para ver
su esencia más hermosa.
Bosque del Recuerdo
Escucha el llanto
de este jardín,
el quedo canto
que anuncia el fin.
Señalan a lo alto,
cipreses entre olivos,
nos muestran el camino,
ayudando a dar el salto.
Y mientras, lo vivo,
asciende en espiral,
adentrando sin cesar
en lo ocurrido.
Sin volver atrás
buscamos un sentido
que nos permita amar
después de haber perdido.
A las víctimas del 11-M en el décimo aniversario.
Vacío inspirado
Me vacío para escuchar
lo que llegue,
me vacío para dejar
que me llene,
para no rebosar
con lo que viene.
Me vacío lentamente
permitiendo que mi mente
siga un hilo bien marcado,
y cuando ya me he vaciado,
llega el torrente
que alimenta mi fuente
y me hace diferente.
lo que llegue,
me vacío para dejar
que me llene,
para no rebosar
con lo que viene.
Me vacío lentamente
permitiendo que mi mente
siga un hilo bien marcado,
y cuando ya me he vaciado,
llega el torrente
que alimenta mi fuente
y me hace diferente.
Ejercicio de imparcialidad
Se agrieta la coraza
que marca el exterior,
el mundo se desplaza
entrando a borbotón
y yo lo acojo
abriendo el corazón,
en él me mojo,
sumerjo mi razón.
Mi piel se quita,
ya nada delimita
el todo y el yo.
Como un sol
de pronto desatado,
irradio mi pasión
a quien va a mi lado
y soy iluminado
por astros encerrados.
que marca el exterior,
el mundo se desplaza
entrando a borbotón
y yo lo acojo
abriendo el corazón,
en él me mojo,
sumerjo mi razón.
Mi piel se quita,
ya nada delimita
el todo y el yo.
Como un sol
de pronto desatado,
irradio mi pasión
a quien va a mi lado
y soy iluminado
por astros encerrados.
Niebla
La
niebla cubre el camino,
el
pueblo ya se ha perdido,
sube
en silencio del valle
logrando
que calle
todo
trino.
Y
yo camino perdido
sin
conocer mi destino.
Abajo
el gris monasterio
oculta
bajo sus losas
un
antiguo misterio
que
el bosque rebosa.
Y
yo me alzo, en medio,
sintiendo
tantas cosas
que
no alcanzo a comprender.
Sin
remedio
me
dejo caer.
Entonces,
al soltar,
mi
alma se aleja,
rompe
a volar
y
se despeja
la
niebla que convertía
en
noche este día.
Dos anécdotas y una visión del mundo
ANÉCDOTA 1:
Hace
unos años instalamos un ascensor en la casa del pueblo. Es un pequeño portal de
tan sólo cuatro vecinos. Ahora nos han ofrecido la posibilidad de instalar un
sistema que apaga la luz del ascensor cuando este no está siendo usado, lo que
en esta comunidad supone 23 horas al día como mínimo.
Parecía
buena idea, así es que hicimos cálculos: ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto nos ahorraríamos
de luz al mes? ¿Cuánto tiempo haría falta para amortizar el gasto de instalación?
La
conclusión fue que tardaríamos veinte o treinta años, así es que… no compensa. Y
el dispositivo no se ha puesto.
¿Por
qué dejamos que la luz de un ascensor permanezca encendida a todas horas y
decimos que no compensa apagarla? ¿A quién no le compensa? A mi bolsillo, desde
luego no, pero ¿es eso lo único que importa?
ANÉCDOTA 2:
El
otro día salía del supermercado con un solo producto. Le digo a la cajera “No
quiero bolsa, gracias” y ella me mira sonriendo mientras mete mi producto en
una bolsa de plástico. Ante mi car de estupor, sonríe más y me dice: “Es gratis!”
Y
yo me quedo pensando: ¿Por qué tengo que usar un producto que no es necesario
en absoluto? ¿Tan sólo porque no me cuesta nada? ¿Acaso no le cuesta a medio
ambiente?
UNA VISIÓN DEL MUNDO:
Todo
lo medimos respecto al dinero: Si es gratis, lo hacemos. Si es barato, podemos
hacerlo. Si es caro, no podemos, aunque no por ello dejamos de quererlo.
No
vemos que hay otros baremos aparte del precio. No nos paramos a pensar en el
verdadero valor de algo, y mucho menos en sus repercusiones.
Falta amor internacional
Hoy
en día falta amor en las relaciones humanas por todo el mundo, pero hay una
especial falta de amor que nos parece normal: la existente entre países.
Al
tratar con otras personas vemos claramente que no debemos robarles,
amenazarles, atacarles, ni apropiarnos de lo que es de otros. Todos estamos de
acuerdo en que nuestro comportamiento no sería el adecuado si nos comportásemos
de este modo.
Sin
embargo, las relaciones entre países son así permanentemente: se atacan, se conquistan, se apropian de territorios y recursos, compiten ferozmente entre sí,
se amenazan con armadas cada vez mayores… y nos parece que esto es lo normal,
que es justo y natural.
¿En
qué punto del camino perdimos la perspectiva?
Entiendo
que este tipo de relaciones nos pillan más lejos y es más fácil no
identificarse con ellas, pero creo que deberíamos aprender a verlas como lo que
son: relaciones entre personas. Entre grupos enormes de personas, sí, pero
personas al fin y al cabo.
Solo
cuando las veamos así, seremos capaces de establecer relaciones internacionales
basadas en el amor en lugar de basarnos en el miedo y el egoísmo.
Virus informático
La
informática es una extensión de nuestro propio cuerpo, usamos el ordenador más
que muchas partes de nosotros mismos.
Lo
usamos más que las piernas: todos los habitantes de las ciudades que vemos a través
de una pantalla más lugares de los que realmente visitamos.
Lo
usamos más que la memoria: la gran mayoría de la sociedad, que consultamos la
agenda, el bloc de notas, el calendario… y preguntamos a la señorita Wikipedia
cuando no sabemos algo.
Lo
usamos incluso más que la imaginación y en lugar de crear, buscamos cosas que
otros crearon ya antes.
Por
eso, cuando un virus afecta a nuestro ordenador y lo deja en cama, también nos
afecta a nosotros, nos deja mancos, cojos… tontos.
Bien
podríamos quedarnos en cama hasta que sane el ordenador.
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