Escucha el llanto
de este jardín,
el quedo canto
que anuncia el fin.
Señalan a lo alto,
cipreses entre olivos,
nos muestran el camino,
ayudando a dar el salto.
Y mientras, lo vivo,
asciende en espiral,
adentrando sin cesar
en lo ocurrido.
Sin volver atrás
buscamos un sentido
que nos permita amar
después de haber perdido.
A las víctimas del 11-M en el décimo aniversario.
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