En
las horas que preceden al alba
cuando
todas as canciones se acallan,
cuando
suelta su fragor la batalla
y
sin fuego que la anime, se calma.
Prende
la
luz que la noche ilumina,
aquella
que vuelve y camina,
calor
que de ti se desprende.
En
ella tu alma comprende.
Despierta
la
voz que en silencio retumba
que
vibra en tu pecho y te alumbra,
te
guía directo a la puerta
y
encuentra
de
nuevo vacía la tumba.
En las horas que preceden al alba
En su éxtasis comprendes
Cuando
escuchas el instante
que
del flujo se desprende
y
quedando suspendido
en
su éxtasis comprendes
lo
cambiante,
lo
vivo,
lo
que siempre está dormido
y
despierta en el presente,
lo
que vuelve sin motivo
y
al volver es tu destino.
Yo sé que vengo
Yo
sé que vengo
de
donde todos se unen,
del
lugar de blanco y negro,
donde
en mí al otro integro.
Yo
sé que vengo
de
donde nacen las urbes,
de
la tierra de asfalto y verde,
donde
voy y todo vuelve.
Yo
sé que vengo
porque
el mundo está dormido,
yo
sé que vengo,
que
vendré,
hasta
que todo esté bien,
y
aún después,
hasta
que tú estés conmigo,
en
la luz del día eterno,
hasta
que el fuego
redima
las ascuas del infierno.
Los procesos de este siempre
En
el ritmo de las horas
hoy
se intuyen las canciones
de
los días que existieron
más
allá del hoy y ahora.
Y
es el canto del presente
el
que escucho en oraciones.
Vivirán,
pues no murieron,
los
procesos de este siempre.
Cuando todos se enfrenten a todos
Entre la luz y el calor
Entre
la luz y el calor,
entre
la clara idea
que
en mí alborea
y
el nebuloso "quiero"
que
replica en mi interior,
ese
universal deseo:
el
que encarno cuando creo,
el
que impregno e ilumino,
el
que nace nuevo
cuando
escribo.
Entre
mundos tan distintos
pulso
y soy respirado,
entre
ambos polos vivo,
donde
creo y soy creado,
y
es precisamente el ritmo
lo
que me hace humano.
Niebla insustancial
Los
bordes de la vida
resuenan
con su canto
al
pulsar la tensa cuerda
que
marca la frontera,
la
que sigo cuando avanzo
donde
nada habita,
donde
nadie ya recuerda,
cómo
era.
Más
allá de la memoria
que
crea y delimita,
donde
sueño y vivo tanto...
que
hasta el sol se desvanece
y
el fino suelo parece
la
base de otra historia:
niebla
insustancial que deposita
las
borlas de su manto.
Nostalgia de un verano
¡Oh
años dorados!
¡Oh
días de sol!
Cuándo
fuisteis rescatados
del
mundo del adiós.
Cuándo
supe que olvidaros
es
dejar atrás mi Yo.
¡Oh
noches que he amado!
¡Oh
luna y balcón!
Vosotras
habéis forjado
los
mimbres de mi corazón.
Nostalgia
de un verano
que
nunca terminó.
¡Cáspita María!
¡Cáspita
María!
¿Dónde
estabas antes?
Con
tus labios tan rojos,
tus
tacones elegantes.
¿Dónde
te metías?
¿Dónde
te ocultabas?
¿Dónde
cada día
tú te despertabas?
Hoy
para mis ojos
solo
existe tu mirada.
Antes
de este antojo
dime,
¿dónde estabas?
No sueñes dormido
No
apagues las velas
que
se han perdido,
no
ocultes los rostros
desaparecidos,
no
pienses los años
desde
el olvido,
no
dejes que el daño
forje
tus motivos,
no
sientas que otros
siembran
tu destino.
No
olvides que vuelas,
no
sueñes dormido.