Piedras

Pasó media vida moviendo piedras. Sus brazos y piernas crecieron, sus músculos llenaron hasta el último contorno de su piel. Entró tan profundo en su cuerpo que era capaz de sentir el lento latir de su enorme corazón, el continuo fluir de su sangre alcanzando todos los rincones, llenándolo de vida. Corría ágil cual gacela, nada lo frenaba, andaba con la fuerza de la tierra, y a su paso el suelo retumbaba.

Hasta que un día, levantó la mirada.

Vio entonces que además de brazos tenía alas. Y voló. Se alzó, despegándose de esta tierra tan suya, de estas piedras que lo conformaban. Se elevó más allá de las nubes, hasta las regiones donde la luz nunca muere, y allí vio su mundo del otro lado, descubrió arriba lo que abajo conocía. Acarició el aire hinchiendo sus pulmones, y al expulsarlo sintió que todo él salía de su cuerpo. Los rayos solares lo atravesaron y por un instante fue luz.

Entonces sus piedras le hicieron de contrapeso, le permitieron alternar entre fuera y dentro. La tierra que en él habitaba le mostró cómo orientarse en este espacio infinito. Y así, sabiéndose parte de dos mundos, pudo observar la realidad desde ambos lados, pudo continuar avanzando.




Sabiduría

No preciso aprender nada,
sólo abrirme a la mañana,
desplegar cada sentido,
percibir el mundo vivo.

Cuando aprenda a ser llenada
por aquello que yo miro,
habré entonces conseguido
conocer y ser pensada.


Radiar continuo

Radiando al cielo
un mundo entero,
en él me muevo
creando al vuelo.
Llenando el cero,
poniendo un suelo,
hoy miro y veo,
traspaso el velo.
No existe duelo
que herirme pueda,
soy siempre nuevo,
jamás quien era.


Doblegando al dragón

Dominando la voz
que en mi pecho grita
hoy doblego al dragón
que mi cuerpo habita.

Y es mi ser superior
quien ahora manda,
dirigiendo al amor
mi persona en calma.



Anclaje

Volando entre nubes
que aspiran el mar
las piedras que tuve
me ayudan a anclar,
me dan esa tierra
que impide marchar
mi alma que entera
hoy quiere volar.


Creación interna

Preciosa flor
sincera
que en mi interior
verdea.

Sutil color
me llena
con su frescor
sin penas.

Sin par amor
genera
en su calor
la tierra.



Aprendiendo a orientarme

Aprendiendo a volar
con las alas cerradas,
voy entrando en un mar
que en verdad nunca acaba.

Empezando a orientar
mi curiosa mirada,
que me puede guiar
entre sombras palpadas.

Voy logrando avanzar
en lo inmenso centrada,
observando manar
el total de la nada.


Acceder, discernir, traer

Accediendo al lugar
donde habitan las ideas,
hoy aprendo a nadar
discerniendo cuanto pueda.

Y al dudar
entre falsa y verdadera,
mi pensar
donde nunca antes llega.

Expandiéndome decanto,
cuando logro ser sincera,
las imágenes que capto,
de las que mi mente crea.

Y al volver traigo a la tierra
a este ser que no existía,
dándole materia nueva,
otorgándole la vida.




Abrazada a tu piel

Abrazada a tu piel
hoy comienzo este día,
sin moverme ni ver,
aún me siento dormida.
Navegando en placer,
en tus brazos fundida,
siento el amanecer
que me llama a la vida.


Costa blanca

No pertenezco a este mar de alcores
que en olas se sumerge y encadena,
de igual tono las aguas y la tierra,
seca el viento sus grises moradores.

Mi océano tiene un mar de flores,
azules profundos, verdes praderas,
rompen sus playas, naranjas de arena,
vivos matices de intensos colores.

Si la calma se instala en cuanto miro
surge en mi interior la necesidad
de comprobar que aún no estoy dormido.

Me inunda en cambio la serenidad
cuando el mundo alrededor está vivo,
me centro entonces, comienzo  a crear.