Venimos con un cometido,
un trabajo a realizar,
que dejamos en el olvido
por ganarnos el jornal.
No importa cuánto he ahorrado,
nada es el capital,
tan solo el haber trabajado
me permite descansar.
Más allá de obligación
y de la necesidad,
escuchando al corazón,
mi meta debo encontrar.