La
niebla cubre el camino,
el
pueblo ya se ha perdido,
sube
en silencio del valle
logrando
que calle
todo
trino.
Y
yo camino perdido
sin
conocer mi destino.
Abajo
el gris monasterio
oculta
bajo sus losas
un
antiguo misterio
que
el bosque rebosa.
Y
yo me alzo, en medio,
sintiendo
tantas cosas
que
no alcanzo a comprender.
Sin
remedio
me
dejo caer.
Entonces,
al soltar,
mi
alma se aleja,
rompe
a volar
y
se despeja
la
niebla que convertía
en
noche este día.