Nací en invierno entre el frío,
y al llegar la primavera,
el equinoccio revela
un sentir desconocido.
Brotan valientes las flores
impregnando de colores
mis olvidados rincones.
Y aunque no te lo propones,
desabrochas los botones
que ataban mis emociones.
Brillante y raudo estallido
que despierta lo dormido,
sin detenerse golpea,
ahora que tú estás conmigo.
Ven, que la vida no espera,
porque hoy... ¡es Primavera!