Integrar

Dónde van
las fuerzas que desatas,
son  tus miedos
que vuelven si los matas.
Yo no puedo
mostrarte tus erratas,
nadie más
tiene la solución:
Integrar voluntad,
sentimiento y razón.

¿Y tú qué harías si el dinero no importase?






Es estúpido pasarse la vida tratando de lograr dinero para vivir. Detente cinco minutos, diez, una hora o un año si hace falta y dedícalo a pensar: ¿qué es lo que realmente quiero? ¿qué haría si el dinero no importase?
Y cuando lo sepas… hazlo. Si realmente es lo que deseas, tu anhelo te llevará a hacerlo con pasión, y serás grande en eso, sea lo que sea. Y entonces, podrás vivir de ello.
No dejes que te paralice el miedo, los consejos prudentes de quienes no comparten tu pasión… escúchalos, tenlos en cuenta, pero no permitas que te desvíen de tu camino. Porque es preferible vivir una vida corta dedicado a lo que te gusta, que una larga vida sin llegar jamás a intentarlo.

Respiración

Oscuridad
que procede de la luz.
Todo nace de su opuesto
y es esto.
Enfermedad
que provoca la salud.
Noche y día.
Verano, invierno.
Tras la cortina
respira inmovil lo eterno,
cada vez más simple
si sabes verlo.


Clip


Frío, suave, ligero,
pesa apenas nada,
pero su forma curvada
siempre te da juego.

Sencillo como el que más,
nada sobra en su diseño,
enorme su utilidad
siendo metal tan pequeño.


Botijo


Todo llega,
todo parte,
y no debes
aferrarte,
si un día quedas vacío
puedes por ello alegrarte:
¡de cuánto espacio dispones
para volver a llenarte!

Soy un botijo,
recibo y doy sin cesar,
pero yo elijo
qué aguas me han de llenar.




Experiencia de amor


Cuando ensancho tu pecho
y me hago sentir
descendiendo hasta el lecho
antes de ir a dormir,
abandona el estrecho
cuerpo en que has de vivir
y ríndete ante el hecho
de que yo vivo en ti.




Ayuda mutua

Funciona mucho mejor el principio de "Ayuda mutua" que el de la "Supervivencia del más fuerte"... Cuándo nos daremos cuenta de eso?

Chapoteo

Llueve tras el cristal,
me pego a la ventana,
las gotas sin cesar
empapan la mañana.
 
Abro de par en par
mi alma a la humedad
que inunda los rincones
secos tras los cajones.
 
Helado día gris,
libre revolotea,
congela mi nariz
que se rinde y gotea.
 
Me lanzo a la ciudad,
navego entre paraguas
que intentan sin lograr
civilizar las aguas.
 
Peatones asustados
se esconden en sus coches,
jamás han disfrutado
de que el cielo les toque.
 
Chapoteo y me mojo
en charcos de alegría,
me miran como a un loco,
no saben qué es la vida.



Jimmy Liao

Da gusto lo que es capaz de expresar, de transmitir, en sus trazos.... me han entrado ganas de aprender a dibujar para ilustrar mis ideas y poder darles color además de letra. Disfrutadlo.



La presunción de la ciencia

¿Cómo se adquiere el verdadero conocimiento?
Podemos  distinguir tres clases  de conocimiento diferentes:

La opinión es algo que cualquiera puede sostener sin que necesariamente piense que es cierto. Yo puedo opinar que mañana va a llover, pero no me sorprenderé si hace sol, porque no tengo la certeza de que vaya a ocurrir lo que he dicho.
 
Solamente cuando vemos una opinión como verdadera, es decir cuando pensamos que se ajusta a la realidad, que nos desvela algo tal como es, esta opinión pasa a ser una creencia. Las creencias son mucho más fuertes que las opiniones, son ideas por las que la gente lucha e incluso llega a dar su vida gustoso, sabiendo que muere defendiendo la verdad.
 
Para que una idea pase de considerarse una creencia a ser un conocimiento,  además de ser verdad, debe estar justificada, es decir, debe poder explicarse de forma que cualquiera pueda entenderla, debe poder ser experimentada por cualquier persona que lo desee.
 
Son muchos los que consideran que el verdadero conocimiento, tal y como lo acabamos de describir, es exclusividad de la ciencia, que el método científico es la única vía posible para llegar a él.
 
 
 
Como física, muchas veces me he encontrado con gente que me pide que le explique la paradoja del gato de Schrödinger, o la dualidad onda-corpúsculo… ¡o incluso en qué consiste “eso de la teoría de la relatividad”!
 
Si la persona que pregunta no es muy quisquillosa, se le puede dar una explicación un tanto vaga y queda satisfecha su curiosidad, pero si nos topamos con alguien de gran curiosidad, aunque sin base científica… inevitablemente llegará un punto en el que tendremos que decirle que eso se lo tiene que “creer” porque ahondar más supondría meterse en camisa de once varas.
 
Ocurre lo mismo en la sociedad en general, en cada materia son unos pocos los científicos que realmente entienden las grandes teorías y contribuyen a su desarrollo, sin embargo el grueso de la sociedad cree que es cierto lo que esos científicos dicen. ¿Por qué ocurre esto?
 
Sin la formación adecuada, un lego en cualquier materia no puede pasar de la creencia al verdadero conocimiento, sin embargo sabemos que hay un camino que todos nosotros podríamos recorrer si lo deseásemos y que nos permitiría comprender y experimentar los hechos necesarios para justificar nuestras creencias. Todos podríamos estudiar Física, Química o Biología si quisiésemos, pero no lo hacemos, nos basta con saber que el camino está ahí, a nuestro alcance y que hay ciertas personas que lo han recorrido. Nosotros simplemente creemos en lo que esas personas, esos científicos expertos, dicen que han experimentado o comprendido.
 
Me parece razonable y completamente normal que esto ocurra así, sería inviable una sociedad en la que todos los individuos se hiciesen expertos en todas y cada una de las materias.  Pero quiero resaltar el paralelismo existente entre esta estructura, que consideramos lógica y normal y que sin embargo no socava la credibilidad del conocimiento científico, y la estructura de las religiones.
 
 
En todas las grandes religiones nos encontramos con una rama de la misma que pretende llegar a las bases de esa religión. A los seguidores de estas ramas se les suele llamar místicos y se caracterizan porque son personas que dicen haber tenido experiencia directa de Dios. Si despojamos las diferentes religiones de las “vestiduras” o historias con las que cada una de ellas intenta explicar al pueblo la Verdad, nos encontraremos con que esas verdades subyacentes en cada una de ellas, son muy parecidas entre si.
 
Tanto los místicos cristianos, como los sufís del Islam,  y los seguidores del misticismo hindú o del budismo Mahayanico… explican su experiencia de Dios de forma muy parecida y, lo que es más importante para esta discusión: describen el camino a seguir para llegar a tener esa experiencia.
 
Todo el que quiera podrá por tanto seguir ese camino espiritual y llegar a experimentar lo que los místicos explican.
 
Estaremos de acuerdo ahora en que, al igual que no podemos tener una sociedad de científicos expertos, tampoco podríamos tener una sociedad formada enteramente por místicos. Una gran parte de la sociedad, deberá por tanto “creer” en lo que esos místicos han experimentado, sabiendo que si lo desean, existe un camino que pueden seguir para llegar ellos mismos a tal experiencia. Y así es efectivamente como ocurre en todas las religiones, igual que como habíamos visto, en el caso de la ciencia.
 
 
En vista de esto, no puedo evitar preguntarme: ¿Cuál es la diferencia  a nivel de conocimiento entre ciencia y religión? ¿Con qué derecho los científicos desestimamos cualquier conocimiento que no sea científico?
 
Creo que somos muy presuntuosos al aventurar que el verdadero conocimiento es exclusividad de la ciencia y del método científico. Existen diferentes tipos de conocimiento, cada uno con su respectivo método o forma de justificarse a si mismo. No creo que podamos desterrar sin más otros tipos de conocimiento como inferiores, solamente por el hecho de haber seguido nosotros el camino de la ciencia. Deberíamos seguir primero el camino espiritual y llegar a esa experiencia, a ese conocimiento, antes de poder opinar sobre él, mientras no lo hagamos, nuestras ideas no serán más que opiniones o, a lo sumo creencias, tanto para bien como para mal.
 
Tal vez no queramos nosotros seguir ese camino, al igual que no todo el mundo estudia hasta hacerse experto en una ciencia. Pero en ese caso deberíamos tener la mente más abierta y no descartar sin más un conocimiento como falso o injustificado tan solo porque no pertenezca a nuestra rama del saber.