Condicionamiento inconsciente

El mundo exterior nos condiciona, nos hace ser de una manera u otra, nos dice lo que debemos pensar y sentir, nos hace asociar deber con sumisión, virtud con obediencia, y pecado con desobediencia entre otras muchas ideas.

Lo que nos dicen y los hechos que vivimos, nos moldean. Somos como somos dependiendo de la educación que hayamos recibido y de nuestras vivencias, y ambas están marcadas por la familia y la sociedad que nos rodea.

Debemos conocer la sociedad en que vivimos si queremos conocernos a nosotros mismos. De lo contrario, ¿cómo puede uno saber qué parte de sí mismo no es realmente suya?





Huérfano

Dónde estás, tú que me diste
la vida y después te fuiste.
Dónde estás, te has olvidado
de que tienes un pasado,
o en ratos de soledad
aún recuerdas que me dejaste atrás.

Alguna vez piensas en mi,
te preguntas por mi estado,
o decidiste seguir
y mi recuerdo quedó sepultado.

Me gustaría verte,
darte la mano,
poder conocerte,
saber si me parezco a mis hermanos.

Cuando pienso en mostrarte
que el bebé que dejaste
es un hombre hecho y derecho,
se me hace un nudo en el pecho
y no puedo respirar.
¿Dónde estás?

Jamás te vi,
nunca pude darte un beso,
mas no por eso
dejé de pensar en ti.

Querría agradecerte
que me permitieras vivir,
querría abrazarte muy fuerte
y decirte que soy feliz.



Es tan fácil vivir contigo

Es tan fácil vivir contigo,
haces tan sencillo el camino,
los problemas se desvanecen,
vuelan y desaparecen.

Cualquier instante despistado
que habría pasado
si dejar huella,
se graba a fuego
y brilla como una estrella
cuando tú estás a mi lado.
Porque tú llenas mi corazón,
tú me das una razón,
tú me haces ser mejor.

Esto es vida

Despierto por la mañana,
el sol brilla en mi ventana.
Café zumo y croissant.
¡Adoro desayunar!

Salgo a la calle,
música en mis auriculares,
y me voy de bares.
Lugares con encanto,
cañas, mostos y tapas,
¡tampoco cuestan tanto!
Y un paisano: “Ven pa acá”
y se arranca por soleares.

Buena compañía,
sidra, vino,
queso y alegría.

¡Esto es vida!

Quien piense que no,
que venga y me lo diga,
a esta ronda invito yo,
veremos después qué opina.

¡Esto es vida!

Para ser feliz

Para ser feliz tan solo quiero
poder alzar el vuelo,
respirar hasta el fondo del alma,
sentirme por dentro en calma.

Que mi vida no pare un segundo,
recorrer el mundo,
vivir intensamente cada instante
sin temer lo que habrá delante
y dormir tranquilo
compartiendo mis sueños contigo.

¿Dónde reside el hogar?

Cuando era pequeña, cerraba los ojos pensando en mi hogar y veía la casa donde crecí, la casa de mis padres, la habitación que compartía con mi hermano, mis juguetes y el nido del balcón. Cambiamos de casa y me sentí desarraigada, tenía mucha más luz y una habitación para mí sola, pero me costó un tiempo sentir que ese era mi nuevo hogar.

Después me fui. Habitaciones y pisos compartidos. Volvía a casa las fiestas y ,como siempre en vacaciones, mi casa estaba llena de familia… solo que ahora yo también era uno de los que venían por vacaciones. Volvía a compartir habitación con mi hermano porque en la mía estaban mis tíos, mis primos, o mis abuelos… Aún así, al principio ese seguía siendo mi hogar.

Pero un día volví a mi piso después de un verano, después de dos meses durmiendo junto a mi hermano y guardando mi ropa entre el salón y el armario del pasillo… y al deshacer la maleta cada cosa tenía su sitio. La ropa, el portátil, los libros… deshice la bolsa en un pis pas y entonces me di cuenta: mi hogar ya no estaba en un lugar, en casa de mis padres, sino allá donde yo llevase mis cosas, donde tuviese mi sitio. En cada uno de mis pisos compartidos.
Y así he seguido hasta hoy, llevando mi hogar de lugar en lugar, valiéndome sola, teniendo cuanto pueda necesitar. Mis libros, mis fotos… cuántas cosas dan forma a mi hogar!

Pero de repente, sin avisar, algo ha vuelto a cambiar. Unos días a tu lado, viviendo el día a día, compartiendo todo sin pensarlo, y al volver a mi casa, me falta algo. Hago mis tareas cotidianas, me toca currar mañana, y pienso… que me gustaría levantarme a tu lado. Mi hogar ha cambiado. No está en un lugar, ni en todas las cosas que pueda acarrear, está en las personas, en aquellos a quien decido amar. Por eso te digo, sin dudar: desde hoy y hasta la eternidad, vayas donde vayas, en ti estará mi hogar.



He llegado a mi hogar

Se olvidan todos los problemas,
vuelvo a ser la niña que era,
cuando siento tus brazos
rodeando mi cadera.

Vamos cosiendo los retazos,
lo que fue y lo que nos espera,
construyendo a nuestra manera
una vida entera.

Si me siento perdido
busco dónde estás,
y encuentro mi camino
en la luz de tu mirar.

No importa país o ciudad,
cuando te quedas dormido
y te escucho respirar...
sé que he llegado a mi hogar.

Vértigo

Vértigo,
al ver el mundo cambiar,
tan rápido,
no da tiempo a respirar.
Tus locos sueños de ayer
hoy se han hecho realidad
y superan los límites
que pudiste imaginar.

La vida ha girado a tu alrededor,
una vuelta completa al reloj
y sientes un nudo al mirar al frente
¿Cómo pudo ocurrir tan de repente?

No puedes volver atrás,
solo quieres avanzar,
saber dónde llevará
el camino que acabas de empezar.

Saber si vives una ilusión
que tarde o temprano acabará,
o si esto que te altera el corazón
será a partir de ahora tu verdad.

Difuminados

Hoy en día, queremos tantas cosas que nos difuminamos. En lugar de emplear nuestra energía en lograr un único objetivo, en alcanzar aquello que realmente es importante para nosotros… nos dedicamos a perseguir infinitud de pequeñeces, de objetivos sin importancia que una vez alcanzados (o incluso sin haberlo hecho) dejamos aparcados sin que nos hayan aportado nada.

Lo único que conseguimos con esto es dividir nuestras energías de forma que resulta más difícil alcanzar nuestro verdadero objetivo.

Deberíamos pararnos a reflexionar hasta saber qué es lo que realmente nos importa antes de actuar para conseguirlo. Porque por mucho que andemos, por mucho que nos esforcemos e incluso corramos para alcanzar nuestra meta, jamás llegaremos a ella si no sabemos dónde está.