Yo,
que en la vida lucho tanto,
yo,
que ante el miedo, río y canto,
yo,
que he visto mi alma desgarrada
por
lluvias que cubren la nada.
Guiada
por mi espíritu indomable
renuncio
a buscar siempre el aprecio
y
aplacando el fuego que en mí arde,
encuentro,
que
solo puedo escucharme
en
el silencio.

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