El laberinto

Unidad que evoluciona
por un ritmo mecido,
nuestras manos se toman,
tu paso es el mío.
 
Avanzo, retrocedo y giro,
mi alma se ha expandido
y en cada vuelta del camino
penetro lo desconocido.
 
Voy llegando a un centro
que me pertenece, mas no es mío,
pues solo lo encuentro
si estamos unidos.
 
El tiempo se hace eterno,
tiembla y desaparece,
cuando voy y vuelvo,
el laberinto me mece.



Busca la vida que brota

Busca la vida que brota,
cree en la magia, en las hadas,
vive, no seas idiota,
que todo un día se acaba.
 
No crezcas solo, encerrado,
limpio de polvo y barro,
pues ese impoluto pasado
será también olvidado.
 
Y cuando todo se haya ido,
quedará tan solo contigo
aquello que has vivido
y no cuanto has dormido.




Piango, Gemo

Yo, que en la vida lucho tanto,
yo, que ante el miedo, río y canto,
yo, que he visto mi alma desgarrada
por lluvias que cubren la nada.
 
Guiada por mi espíritu indomable
renuncio a buscar siempre el aprecio
y aplacando el fuego que en mí arde,
encuentro,
que solo puedo escucharme
en el silencio.




Como el oro

Lo que es delante es detrás,
lo que es verdad es mentira,
fuerzas que vienen y van,
van dando forma a la vida.
 
Succión hacia un corazón
que antes de ayer no existía,
pero hoy irradia calor
donando al mundo alegría.
 
Cual oro que viene a juntar
en sí el incienso y la mirra,
tejemos un amplio telar
de luz que será repartida.
 
Cuidando no despertar
al niño del alma mía,
emprendo el regreso a mi hogar
llevando en mí vuestra compañía.



Impulso, pesar, acto

Impulso que empuja mis pasos,
comienzo de fuego y calor
que viene del mundo de abajo
y eleva hasta mi corazón.
 
Pienso despacio el camino
que me hace seguro avanzar,
soy solo yo quien decido
hacia dónde me quiero llevar.
 
Actúo sintiendo la tierra
hoyando sin miedo este suelo,
percibo aquello que llega
y, libre, creo algo nuevo.


Innatalidad

Voy caminando en la noche
hacia las luces del día
por sendas que nadie conoce
buscando el camino a otra vida.
 
Encarno las mil cualidades
que traje en mi antigua mochila
y acojo en mí novedades
que nunca soñé que vería.
 
Llevo en mis pasos la llave
que abre la puerta al futuro,
entre mis brazos cabe
la luz que el mundo retuvo,
con ella tejo los rayos
que desde mi centro iluminan
y voy hilando los años
que vuelven y nunca terminan.




La ermita de Trokoniz

Sobre la loma
una ermita,
sobre la ermita
una paloma,
blanco espíritu
que nadie doma
y en su vuelo toma,
levedad bendita,
la esperanza roma
que el mundo habita.
Y la eleva,
se la lleva,
mientras pueda,
la renueva,
volviendo la pena de la tierra
un poquito más ligera.



Polen

En los vientos que soplan
cuando el cielo arde
viven cientos de cosas
que al caer la tarde
perezosas retozan
en el fresco aire,
raras aves que gozan
lo que no ve nadie
y en silencio se posan
cubriendo la calle.



Respira

Respira
que la vida pasa en un día.
Respira
y sumérgete en la alegría.
Respira
y tan solo vive tu vida.


El ciclo eterno

Cae la lluvia
en la verde colina,
aire de invierno.
 
Cae la lluvia
ligera y saltarina,
mayo termina.
 
Cae la lluvia
ante un sol asfixiante,
tan refrescante.
 
Cae la lluvia,
completa en su caída
el ciclo eterno.



La herencia del miedo

 En el eco de mis muertes aún hay miedo,
en la herencia de ancestros que hoy renuevo,
porque porto en mi cuerpo lo vivido
aún antes de haber nacido.
 
Si poblamos de guerra este mundo
olvidando su impacto más profundo,
cuál será el legado que dejemos,
cómo esa tierra que no veremos.




El eterno susurro

Aprendiendo a escuchar el futuro,
a mirar más allá de este muro
atisbando lo aún no nacido
desnudo,
ante el viento que insufla la vida
me alzo y dudo,
estoy perdida
cual la planta que crece, florida,
sin corteza que le haga de escudo
voy captando el eterno susurro
que me habla del mundo que viene,
del mañana que no se detiene.

 


 

Espero porque tiene sentido

Esperanza
de lo venidero
es mi suelo.

Pasión por lo posible
que agranda el alma.

Abierto a lo invisible,
lo no nacido
me habla.

Y no espero
el resultado bueno
que siempre he querido.

Espero,
porque tiene sentido
que lo haga,
sea cual sea
el mañana.

 


 

El segador

De cardo y grano
graneros del pasado
ha llenado.
Campo lejano,
aún no se ha acabado
lo cosechado.
Mas tiene ya
tesoro que jamás
será olvidado.
Lo que vendrá
es aún oscuridad
del otro lado.


 

Ser es haber sido

Habiendo sido,
el pensar detenido
contra el olvido.

Lo sucedido
siempre vuelve y perdura,
cual fiel amigo.

Lo no vivido
queda en penumbra oscura,
desconocido.

Si todo hoy
es suma del pasado,
dime, ¿quién soy?

¿Se habrá olvidado
el mundo en el que estoy
de ser amado?

Seré sincero:
solo en el amor vive
lo venidero.

 


 

¡Cárcel urbana!

Bajo las luces
que iluminan la noche,
no se conocen.
Hablan sus voces,
mas no dicen nada
con su mirada.

Sobre las luces
que iluminan la noche,
una estrella.
Nunca se apagan
los destellos que ocultan
su luz tan clara.

¡Cárcel urbana!
dime cómo se rompe
tu oscura reja,
pues no me deja,
con su brillo metálico,
ver la mañana.