Clara
como el día
luce
mi alegría,
inunda
mi pecho
y
se expande hasta el techo.
En
ella inmerso
grito
a quien oírme pueda
que
hoy el universo
hará
lo que yo quiera.
Sabiéndome
dueño del mundo,
vuelvo
a mí,
y
miro en lo más profundo.
Porque
sé que puedo curar
cualquier
herida,
y
yo quiero cuidar
de
mis amigos cada día
para
así, en mi entorno crear
una
fuente de vida
que
extienda a todo el lugar
mi
clara y dulce alegría.
Para Gari Y.
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