Cara a cara

Entre los árboles resecos,
donde hasta el sol se oculta y nubla,
cuando el olvido ya te cubra
de polvo gris y encuentros huecos.
Allí te espero, fiel amigo,
seré tu viento, el que descubra
la realidad que te perturba,
la que te sume en el olvido.
Y al encontrarnos cara a cara,
caen las barreras construidas,
vuelve a nacer la nueva vida
en el fluir de la mirada.



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