Lentamente voy rozando
de los árboles las copas,
por el aire caminando
mis dedos apenas tocan
hojas que al viento vuelan,
me elevan,
me dislocan.
Y yo paseo
a veinte metros del suelo,
en calma veo
mi cuerpo desde la altura,
suave desciendo de nuevo,
vuelvo a ser una.
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