Es
sutil la brisa
que
sopla
y
te acaricia,
pues
su esencia misma
pertenece
a otra
realidad.
Y
al sentir en ti su vibrar ligero
puedes
percibir luces de otros mundos…
permitiendo
arar en suelo fecundo
florecerán
las
piedras de tu invierno,
descorriendo
el velo
que
te une con lo eterno.
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