En
el jardín de la maravilla
mi
fiel conciencia despierta brilla
iluminando
las vastedades
de
mis dominios y soledades.
Y
son tan amplias praderas,
que
trascienden las edades,
uniendo
cielos y tierras
con
las llamas de mis mares.
Mas
yo sigo la vereda
que
me muestran mis andares,
porque
sé que el alma lleva
en
silencio cuanto sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario