Dejando que el
mundo
dibuje el
camino,
hoy suelto mi
escudo
y ciego lo sigo.
Escucho lo mudo
que me habla al
oído
y me abro sin
muros
al Fiat Divino.
Deshago mis nudos,
viejos
conocidos,
creando un
futuro
que case
conmigo.
El miedo es
oscuro
y acecha
escondido,
pero hoy ya no
dudo,
mi senda
ilumino.
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