Lenta y gris melancolía
que me invades y me engañas,
yo te arrastro cada día
aferrada a mis entrañas.
Por ti escurro por mi cuerpo
cayendo en tierra baldía,
hasta sentirme ¡tan muerto!
... sólo carcasa vacía.
Tiñes todo mi día
derrumbándome el techo.
La mismísima vida
tú me robas del pecho.
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