En
la noche helada,
despejada,
nos
vamos en busca
de
estrellas apagadas.
No
hay mayor placer
que
ver
captada
la belleza
de
este anochecer.
Luce
la colina,
que
ilumina
tu
gris silueta
junto
a la mía.
Abajo
el pueblo duerme,
no
se percata,
que
el tiempo se dilata
entre
negrura y verde.
El
frío va cuajando,
calando,
sin
ganas de marcharnos,
estamos
tiritando.
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